Pizza de cebolla caramelizada y queso de cabra

Calentar el horno a 220C/200C ventilador/gas 7. Pon la harina en una batidora con un gancho para masa o en un bol. Agrega la levadura, la sal, el aceite y un poco menos de 100 ml de agua tibia y luego mezcla hasta obtener una masa suave. Amasar en la batidora durante unos 5 minutos, pero si lo haces a mano, vuélcala sobre una superficie de trabajo y amasa durante unos 10 minutos. La masa queda pegajosa, pero procura no añadir demasiada harina extra. Déjala en el bol y cúbrela con un paño de cocina mientras preparas el resto. No es necesario dejar reposar la masa durante un tiempo específico, simplemente resérvala mientras continúas con el siguiente paso.

Coloca las cebollas en una sartén antiadherente y agrega el aceite, 4 cucharadas de agua y vinagre balsámico. Cubre con la tapa de una cacerola para ayudar a que las cebollas se ablanden, luego cocina 15 minutos, revolviendo unas 3 veces y volviendo a colocar la tapa rápidamente para no perder demasiada humedad. Una vez transcurrido este tiempo, las cebollas deberían estar doradas y haber desaparecido todo el líquido. Ponlas sobre un plato. Añade las espinacas y el ajo a la sartén y sofríe hasta que las espinacas se ablanden.

Saca la masa del bol y córtala por la mitad con un cuchillo engrasado, luego presiona cada pieza hasta formar un óvalo de 25-15 cm sobre una bandeja para hornear grande engrasada con las manos. No amases, de lo contrario quedará demasiado elástica y seguirá encogiéndose.

Unta con las espinacas seguidas de la cebolla, el queso y acaba con las aceitunas, el tomillo y las semillas de girasol. Hornea 15 minutos hasta que esté dorado y la base bien hecha.