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Ingredientes

  • 6 semillas de comino
  • 12 semillas de cilantro
  • 3 bayas de enebro
  • 50 g de sal marina en escamas
  • 6 muslos de pato
  • 1 ramito pequeño de tomillo
  • 1 rama de romero
  • 1 diente de ajo
  • 500 g de manteca de ganso o pato, o la suficiente para sumergir completamente los muslos de pato
  • 2 hojas de laurel
  • 1 cdta de granos de pimienta negra

Preparación

  • Paso 1

    El día antes de cocinar, poner las semillas de comino y cilantro en una sartén seca y tostar hasta que adquieran un poco de color y estén aromáticas. Retirar a una tabla y aplastarlas con la hoja de un cuchillo. Triturar las bayas de enebro y mezclar con las especias y la sal. Frota la mezcla sobre los muslos de pato, espolvorea con tomillo, romero y ajo picado y deja enfriar durante 24 horas, volteándolos dos o tres veces mientras se marinan.

  • Paso 2

    Al día siguiente, calienta el horno a 150C/130C ventilador/gas 2. Limpia el pato con papel de cocina y sécalo, pero no retires la marinada con agua. (La sal extrae el agua de la carne, que se volverá a inflar con grasa a medida que el pato se cocina suavemente. Si la lavas, simplemente volverás a inflarla con el agua).

  • Paso 3

    Poner el pato en una cazuela de hierro fundido y cubrir con la manteca de ganso o de pato. Agrega las hojas de laurel y los granos de pimienta y cocina durante aproximadamente 2½ horas, o hasta que la carne casi se desprenda del hueso. Puedes conservar el pato de forma muy sencilla colocándolo en un recipiente, cubriéndolo con la manteca y guardándolo en el frigorífico: mientras permanezca cubierto de grasa te durará semanas.

  • Paso 4

    Para cocinarlas, retiramos la manteca de los muslos de pato confitados. Pon una sartén apta para horno al fuego hasta que esté caliente. Agrega los muslos de pato, con la piel hacia abajo, y cocina 4 minutos. Voltéalos y transfiere la sartén al horno durante 30 minutos, hasta que estén crujientes.

CONFITAR

 

Confitar o cocinar y conservar en grasa es un método clásico de conservación de la carne, de antes de la época de la refrigeración.

 

El proceso le da a la carne una maravillosa textura y sabor. En este caso, vale la pena esperar particularmente por los muslos de pato confitados: cocinados lentamente en grasa de pato aromatizada con hierbas aromáticas hasta que la carne queda tiernísima. Después los muslos se conservan en esa grasa y luego se asan rápidamente hasta que están crujiente y dorados. Por otro lado, los muslos de pato también son más económicos en comparación con las pechugas.

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