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Para el relleno

  • 1 calabaza pequeña
    (aproximadamente 500g), pelado, sin semillas, cortado en trozos grandes
  • 2 huevos grandes
    y 1 yema de huevo
  • 170 g de leche evaporada de lata
  • 140 g de azúcar dorado
  • 2 cdas de jarabe de jengibre
    (de un frasco de jengibre en conserva)
  • 2 cdtas de canela molida
  • ½ cdta de jengibre molido
  • ¼ de nuez moscada entera
    rallada
  • clavos de olor molidos
  • 2 cdtas de extracto de vainilla
    o pasta

Para la base

  • 50 g de semillas de calabaza
    (las semillas secas de un paquete son las mejores aquí)
  • 300 g de galletas de jengibre
  • 2 bolas de jengibre en conserva
    picadas en trozos grandes
  • 85 g de mantequilla
    derretida

Para el crocante de semillas de calabaza

  • 25 g de semillas de calabaza
    (las semillas secas de un paquete son las mejores aquí)
  • 100 g de azúcar dorado

Para la crema de jengibre

  • 2 cdas de jarabe de jengibre
    (de un frasco de jengibre en conserva)
  • 200 ml de nata para montar o doble

Valor nutricional: por ración

  • kcal499
  • grasa27g
  • saturadas14g
  • carbohidratos55g
  • azúcares40g
  • fibra2g
  • proteína8g
  • sal0.6g

Preparación

  • paso 1

    Comienza cocinando la calabaza. Precalienta el horno a 180°C/160°C con ventilador/gas 4. Coloca la calabaza en una bandeja de asar grande y profunda. Añade un chorrito de agua, no más de unas pocas cucharadas, luego cubre con papel de aluminio. Haz un pequeño agujero para el vapor en el medio, ponlo en el horno y cocina durante 45 minutos o hasta que esté muy tierna. Mientras se cocina la calabaza, coloca las semillas para la base en una bandeja para hornear y ponlas en el horno en una rejilla inferior durante 10 minutos hasta que estén tostadas y comiencen a reventar, luego enfría. Una vez cocida, coloca la calabaza en un colador, escurre y enfría completamente.

  • paso 2

    Mientras tanto, prepara la base. Coloca las semillas tostadas y las galletas en un procesador de alimentos y tritura hasta obtener la textura del pan rallado. Añade el jengibre en conserva y la mantequilla derretida, y tritura nuevamente hasta que la mezcla tenga la consistencia de arena húmeda. Coloca en un molde para tarta de 23 cm con fondo desmontable o un molde para pastel. Usa el dorso de una cuchara para esparcir la mezcla uniformemente sobre la base y los lados del molde, presionándola firmemente en su lugar. Asegúrate de que no haya agujeros, para que el relleno no se escape. Pon en la nevera y enfría durante 30 minutos. Limpia el procesador de alimentos.

  • paso 3

    Baja el horno a 160°C/140°C con ventilador/gas 3. Cuando la calabaza esté fría y cualquier exceso de líquido se haya escurrido, colócala en el procesador de alimentos. Añade los ingredientes restantes para el relleno y mezcla hasta que esté suave. Coloca la base enfriada en una bandeja para hornear en el centro del horno. Saca la rejilla y llena cuidadosamente con la mezcla de calabaza, vertiéndola hasta el tope. Cierra el horno y hornea durante 40 minutos; el relleno debe estar firme pero aún tener un ligero movimiento. Enfría en el molde a temperatura ambiente, luego enfría durante al menos 1 hora.

  • paso 4

    Para el crocante, coloca las semillas de calabaza en una sartén grande de base pesada y tuesta durante unos minutos hasta que estén doradas y comiencen a reventar. Mientras se tuestan, forra una bandeja para hornear con papel de hornear. Vierte las semillas en un bol y reserva, luego limpia la sartén. Vierte el azúcar en la sartén y colócala a fuego medio. Para convertir el azúcar en caramelo, calienta hasta que el azúcar se disuelva, pero no revuelvas en ningún momento o puede cristalizarse; en su lugar, agita la sartén cada 10 segundos aproximadamente. Aumenta el calor y burbujea el azúcar líquido hasta que alcance un color caramelo profundo. Rápidamente añade las semillas, agita para incorporar, luego vierte sobre tu bandeja forrada. Deja enfriar y endurecer durante 30 minutos.

  • paso 5

    Justo antes de servir, prepara la crema. Vierte la nata y el jarabe en un bol grande, y bate hasta que esté suavemente montada y esponjosa. Retira la tarta de la nevera y de su molde, y colócala en un plato bonito o en un soporte para pasteles, o sirve directamente del molde. Coloca la crema en el centro de la tarta y extiende hacia los bordes, dejando un borde de calabaza expuesto alrededor del borde. Cuando el caramelo de calabaza esté listo, rómpelo en pequeños trozos con un rodillo y espolvorea por encima; si tienes más de lo que necesitas, guarda el resto en un recipiente sellado hasta 2 semanas para esparcir sobre helado. Sirve la tarta en porciones. Las sobras se mantendrán en la nevera hasta 3 días.

CONSEJOS DE LA RECETA
TOQUE FINAL

Para un acabado brillante, rocia la superficie de la tarta con un poco de jarabe del frasco de jengibre en conserva antes de colocar la crema.

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