‘Pastéis de nata’ portugueses

Con una brocha de repostería, engrasa generosamente ocho moldes de repostería individuales con mantequilla derretida y luego enfría en el frigorífico. Coloca la mantequilla entre dos hojas de papel para hornear, luego golpea y enrolla hasta formar un rectángulo grande del grosor aproximado de una moneda de 1€. En un bol grande, mezcla la harina con 150 ml de agua y una pizca de sal con una cuchara de madera. Coloca la masa sobre una superficie limpia y amasa durante 5 minutos hasta que quede suave.

Para hacer el hojaldre, forma un rectángulo rugoso con la masa, cubre con film transparente y deja reposar en el frigorífico durante 20 minutos. Si la mantequilla se ablanda demasiado, ponla en el refrigerador para que se enfríe también. Extiende la masa hasta formar un rectángulo grande y delgado de al menos el doble del tamaño de la mantequilla. Coloca la mantequilla en el medio de la masa, dobla todos los bordes hacia arriba para cubrirla y luego dobla la masa sobre sí misma por la mitad.

Estira la masa hasta aproximadamente la mitad de su tamaño original, luego dóblala por la mitad y luego por la mitad nuevamente para formar un rectángulo de un cuarto del tamaño original. Repite este proceso una vez más, enharinando la superficie de trabajo si es necesario. No te preocupes por ser demasiado preciso en este paso, o si la mantequilla comienza a romperse en algunas de las capas. Tapar y dejar reposar la masa en el frigorífico durante 20 minutos.

Sobre una superficie enharinada, extiende la masa fría hasta formar un rectángulo fino de tamaño A3 y luego enróllala a lo largo hasta darle forma de salchicha apretada. Divide la masa en tres, la sección del medio hará que tus tartaletas se vean perfectas, luego envuelve y congela el resto para otro momento. (Con el hojaldre sobrante también podrías hacer palmeras deliciosas si las extiendes y las espolvoreas con azúcar).

Cortar la masa en 8 discos iguales. Mete los discos en los moldes con los dedos, presionándolos y estirándolos para cubrir todo el molde. Si las capas comienzan a separarse, presiónalas nuevamente para juntarlas. Enfría mientras haces el relleno de natillas.

En una cacerola, calentar 150 ml de leche con la ramita de canela, la piel de limón y la mitad de la mantequilla hasta que hierva a fuego lento y la mantequilla se derrita. En un bol grande, tamiza la maicena y la harina con la leche restante y bate hasta formar una pasta fina. Vierte la mezcla de leche templada sobre la pasta de harina y déjala reposar durante unos minutos. Cuela la crema y devuélvela a la cacerola, calentar suavemente y seguir revolviendo durante 3 o 4 minutos hasta que alcance la consistencia de nata. Retira del fuego y mezcla con la mantequilla restante.

Coloca los ingredientes del sirope en una cacerola y revuelve a fuego medio durante 5 minutos hasta obtener un caramelo ligero y aromático. Retira la cacerola del fuego y vierte con cuidado 100 ml de agua. Devuelve la cacerola a la cocina y deja que el azúcar se haya derretido nuevamente y forme un sirope a fuego lento. Colar en un bol.

Agrega lentamente la mitad del sirope al relleno de natillas y bate hasta que esté completamente mezclado. Puedes guardarlo en el frigorífico a partir de este momento, pero no agregues los huevos hasta justo antes de que estés listo para cocinar las tartaletas. Calienta el horno a 260C/240C ventilador/gas 8 o a temperatura tan alta como pueda alcanzar tu horno. Coloca una bandeja para hornear en el estante superior del horno para calentar. Batir las yemas de huevo en un tazón pequeño y luego incorporarlas al relleno de natillas. Vierte la mezcla sobre las bases de hojaldre.

Coloca los moldes en la bandeja para hornear caliente. Mete la bandeja en el medio del horno y hornea de 5 a 8 minutos, o hasta que la crema comience a inflarse. Una vez que las natillas se hayan inflado, enciende el horno en posición grill y transfiere las tartaletas a la rejilla superior del horno. Mántenlas en el horno de 1 a 2 minutos, o hasta que estén caramelizadas; cuanto más oscuro esté, mejor. Retirar del horno y pincelar con un poco del sirope restante. Deja que se enfríen un poco en los moldes antes de colocarlas en una rejilla para enfriar.