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Ingredientes

  • 50 g de mantequilla
  • 1 cebolla mediana, finamente picada
  • 2 dientes de ajo, finamente picados
  • 1 patata mediana, pelada y cortada en trozos
  • 450 ml de caldo de pollo o verduras
  • 600 ml de leche
  • 450 g de espinacas frescas, lavadas y picadas en trozos
  • la mitad de un limón
  • nuez moscada recién rallada, al gusto
  • 3 cdas de nata líquida, para servir

Preparación

  • Paso 1

    Derrite la mantequilla en una cacerola grande con tapa, agrega la cebolla y el ajo y fríelos de 5 a 6 minutos hasta que se ablanden. Agrega la patata y continúa cocinando suavemente durante 1 minuto. Vierte el caldo y cocina a fuego bajo de 8 a 10 minutos hasta que la patata comience a cocinarse. Vierte la leche y sigue con el fuego bajo, luego agrega la mitad de las espinacas y la ralladura de limón. Tapa y cocina a fuego bajo durante 15 minutos hasta que las espinacas se ablanden por completo. Dejar enfriar durante unos 5 minutos.

  • Paso 2

    Viértelo todo en una licuadora (preferiblemente) o procesador de alimentos, agrega las espinacas restantes (esto mantendrá la crema verde brillante y con un sabor fresco) y procesa hasta que quede suave; es posible que tengas que hacer esto en tandas dependiendo del tamaño de tu licuadora. (La crema ahora se puede congelar hasta 1 mes. Descongelar en el microondas o durante la noche en el refrigerador. La crema puede perder parte de su frescura al congelarse, pero el sabor no se verá afectado). Devuelve la crema a la sartén y vuelve a calentarla. Prueba, salpimienta y dale un toque de nuez moscada. Es posible que desees diluir la crema con un poco más de caldo si está demasiado espesa. Sírvela en tazones y agrega la nata.

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