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Ingredientes

  • 2 cdas de mantequilla
  • 2 cdas de aceite de oliva
  • varias hojas de salvia
  • 2 chuletas de ternera

Para la polenta

  • 500 g de calabaza, pelada y en trozos grandes
  • 2 cdas de aceite de oliva
  • 100 ml de leche
  • 50 g de polenta
  • 2 cdas de parmesano

Preparación

  • Paso 1

    Calentar el horno a 180C/160C ventilador/gas 4. Para la polenta, mezcla la calabaza y el aceite con un poco de sal, y hornea durante 40 minutos hasta que esté muy tierna. Tritura la calabaza e incorpora la leche hasta obtener un puré. Deja el horno encendido. Cocina la polenta siguiendo las instrucciones del paquete. Una vez que la polenta esté suave y cremosa, agrega el puré de calabaza y el queso parmesano. Salpimenta y mantén el plato caliente.

  • Paso 2

    Calienta la mantequilla y el aceite en una sartén (o fuente que luego puedas meter en el horno) hasta que chisporrotee. Presiona unas cuantas hojas de salvia sobre las chuletas, sazona generosamente y luego fríelas a fuego alto durante 2 minutos por cada lado, hasta que estén doradas y crujientes. Pásalas a una fuente de horno pequeña, con todos los jugos, y deja que se hagan durante 5 minutos para terminar de cocinar. Cuando la ternera esté bien hecha, pero aún jugosa, déjala reposar unos minutos, mientras sirves la polenta. Si la polenta se ha endurecido demasiado, echa un chorrito más de leche y luego divídela en dos platos. Luego coloca una chuleta en cada uno a un lado de la polenta y vierte por encima el líquido que ha quedado en la sartén.

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