Mejillones: baratos, deliciosos y sostenibles
Baratos, rápidos de cocinar y sostenibles, los mejillones son uno de nuestros ingredientes favoritos, que nada tienen que envidiar a sus primas las almejas o las ostras. Te explicamos por qué es uno de los mariscos más sostenibles, cómo debes almacenarlos, prepararlos y cocinarlos, además de 5 deliciosas recetas.
¿Por qué el mejillón es un marisco barato y sostenible?
El mejillón es más barato y sostenible porque su producción tiene bajos costos asociados, no requiere alimentación externa, contribuye a la limpieza del agua, tiene un ciclo de vida rápido y su cultivo tiene un impacto ambiental muy reducido. Además, al ser accesibles para una gran variedad de consumidores, son una excelente opción para aquellos que buscan consumir mariscos de manera responsable y económica.
1. Método de producción de bajo impacto:
La gran mayoría de los mejillones que consumimos provienen de granjas de acuicultura (bateas), donde son cultivados de manera controlada. A diferencia de otros mariscos, como los camarones o las ostras, los mejillones no requieren alimentois adicionales para crecer. Se alimentan filtrando plancton y materia orgánica del agua, lo que significa que no dependen de alimentos externos o pesquerías de captura que pudieran agotar los recursos naturales. Esto reduce significativamente los costos de producción, ya que no es necesario gastar en alimentos, ni en infraestructura compleja para su cultivo.
2. Bajo impacto ambiental:
El cultivo de mejillones tiene un impacto ambiental mínimo en comparación con otras formas de acuicultura o pesca de mariscos. Las granjas de mejillones suelen instalarse en cuerpos de agua costeros con corrientes que permiten que los moluscos se alimenten de manera natural. Este proceso de filtración no solo es beneficioso para los mejillones, sino que también contribuye a mejorar la calidad del agua, ya que los mejillones filtran grandes cantidades de nutrientes y partículas suspendidas, lo que puede ayudar a mitigar los efectos de la eutrofización en las áreas costeras.
Además, la cría de mejillones no requiere el uso de productos químicos, pesticidas o antibióticos, lo que reduce el riesgo de contaminación de los ecosistemas circundantes. Comparado con la pesca intensiva de otros mariscos que pueden agotar poblaciones o destruir hábitats, el cultivo de mejillones tiene un impacto mucho menor sobre los ecosistemas marinos.
3. Crecimiento rápido y eficiente:
Los mejillones tienen un ciclo de crecimiento rápido en comparación con otros mariscos, lo que permite una producción continua y sostenible. Se pueden cosechar en un período relativamente corto (entre 12 y 18 meses), lo que facilita la oferta constante de este marisco en los mercados. Además, las poblaciones de mejillones son naturalmente abundantes y tienen la capacidad de reproducirse con rapidez, lo que disminuye el riesgo de sobreexplotación.
4. Bajo costo de producción:
La producción de mejillones es económicamente eficiente. Al no necesitar grandes cantidades de alimento adicional y al ser relativamente fáciles de cosechar en granjas, los costos asociados con su cultivo son menores que los de otros mariscos. Los mejillones se pueden cultivar en sistemas de cuerda o en plataformas flotantes, lo que requiere infraestructuras relativamente simples y poco costosas en comparación con otros tipos de acuicultura.
5. Demanda estable y accesible:
El precio más bajo de los mejillones en comparación con otros mariscos también responde a una oferta constante y una demanda estable. Al ser accesibles para una amplia gama de consumidores, no solo en términos de disponibilidad, sino también de precio, los mejillones son un marisco que mantiene precios más asequibles en los mercados de muchos países, lo que hace que la producción sea rentable sin necesidad de aumentar significativamente su precio de venta.
6. Proteína de bajo impacto para el futuro:
Desde la perspectiva de la sostenibilidad alimentaria, los mejillones son una excelente fuente de proteínas de bajo impacto ambiental. Con la creciente preocupación por la sobrepesca y los efectos negativos de ciertas prácticas de acuicultura, los mejillones se destacan como una opción responsable que tiene una huella ecológica mucho más pequeña que otros productos del mar.
Elegir y comprar mejillones
Los mejillones se encuentran en todo el mundo y combinan bien con una lista muy versátil de ingredientes, desde clásicas salsas cremosas francesas hasta curries picantes. Como todos los mariscos, los mejillones deben consumirse siempre muy frescos con una mínima preparación antes de cocinarlos.
Puedes comprar mejillones ya cocidos y envasados al vacío en una salsa, o cocidos y congelados. Sin embargo, aquí hablaremos de los mejillones frescos.
Los mejillones deben estar vivos para garantizar su frescura y sus conchas deben estar cerradas para asegurarse de que están vivos. Si alguno está abierto, debería cerrarse cuando se toca o aprieta. Al mirar, cuando viene muchos en una red en la pescadería o supermercado, evita comprarlos si muchos ya están abiertos.
Otros consejos:
- Deben oler a mar, no a pescado.
- Si hay una opción, siempre elige mejillones más pequeños en lugar de más grandes, ya que los más pequeños son más dulces y suculentos.
- Si estás agregando mejillones a un plato con otros mariscos o con pasta, un puñado grande o dos por persona será suficiente. Si los mejillones son la parte principal de la receta, como en un tazón de mejillones al vapor, necesitarás alrededor de 500g por persona.
Almacenar y preparar mejillones
Idealmente, deberías preparar y cocinar los mejillones tan pronto como los compres. Mientras estén frescos se mantendrán durante la noche y hasta un día.
Guárdalos en un recipiente seco cubierto con un paño de cocina húmedo. Nunca los cubras con una tapa o film transparente, ya que se asfixiarán.
Cómo preparar los mejillones para cocinar:
Enjuágalos bajo agua fría corriente, dándoles la vuelta con las manos para darles la oportunidad de cerrarse a los que puedan haberse abierto.
Uno por uno, pellizca y tira del hilo fibroso del costado de la concha conocido como la 'barba'. No todos los mejillones tienen barbas, así que si no encuentras una, no te preocupes. Si los mejillones están abiertos, apriétalos y descarta los que permanezcan abiertos o los que tengan una concha rota.
Es mejor almacenar y luego preparar los mejillones antes de cocinarlos, en lugar de prepararlos y almacenarlos listos para cocinar.
Cómo cocinar mejillones al vapor para 2 personas:
- 1 kg de mejillones limpios
- 1 vaso pequeño de vino blanco
- 1 chalota grande o cebolla pequeña, finamente picada
- un manojo pequeño de perejil, picado
- Coloca los mejillones en una sartén grande con una tapa que cierre bien. La sartén no debe estar más de la mitad llena.
- Agrega el vino y la chalota picada.
- Pon la sartén a fuego alto y cúbrela bien con la tapa.
- Cuando la sartén comience a hervir, cocina los mejillones durante 3-4 minutos, agitando la cacerola de vez en cuando.
- Están cocidos cuando las conchas se han abierto.
- Retira el recipiente del fuego y espolvorea con perejil picado.
- Sírvelos en tazones calientes y vierte sobre ellos los jugos que han soltado.
¿Se pueden comer mejillones que no se han abierto?
En el pasado el consejo siempre había sido desechar cualquier mejillón que no se haya abierto después de cocinar porque están malos.
Sin embargo, ésto no es cierto y cualquier mejillón que se pueda abrir fácilmente es apto para comer. Si el mejillón está muy cerrado, probablemente todavía estará un poco crudo y desagradable para ingerir; así que si tienes muchos para comer y uno o dos todavía están cerrados, no hay nada de malo en desecharlos y pasar al siguiente.
Galicia es la reina del mejillón
En 2023, España produjo alrededor de 250.000 toneladas de mejillones, consolidándose como uno de los mayores productores del mundo. El consumo de mejillones en nuestro país también es considerable, con un promedio de más de 170.000 toneladas al año, lo que representa un consumo per cápita de unos 3,5 kg. España es, además, un importante exportador de mejillones, pero una gran parte de la producción se destina al mercado interno, donde son un ingrediente esencial en la gastronomía local.
Galicia es responsable de aproximadamente el 95% de la producción nacional de mejillones, principalmente en las Rías Baixas. La acuicultura de mejillón en esta región (bateas) es un pilar económico y emplea a miles de personas en la recolección y procesamiento de este marisco. Galicia se ha consolidado como el mayor productor europeo de mejillones, con un enfoque en la sostenibilidad y la innovación tecnológica para mejorar los procesos productivos.
Las bateas gallegas son plataformas flotantes utilizadas en la acuicultura para el cultivo de mejillones. Estas estructuras consisten en balsas de madera o metal que flotan en las Rías Gallegas, donde se cuelgan cuerdas verticales al agua. En estas cuerdas, los mejillones se adhieren y crecen, alimentándose de manera natural filtrando nutrientes del agua. El diseño de las bateas permite que los mejillones se desarrollen en aguas ricas en plancton, favoreciendo su rápido crecimiento y facilitando la cosecha. Son clave para la alta producción de los mejillones en Galicia.
Las 5 mejores recetas de mejillones
1. Almejas, mejillones y chorizo con fino y alioli
2. Mejillones a la barbacoa
3. Mejillones a la parrilla con migas de gremolata
4. Bouillabaise
.