8 pasos imprescindibles a seguir

  1. Pon la harina en el bol de un procesador de alimentos.
  2. Añade la mitad del peso de la harina en mantequilla fría en cubos, por ejemplo, usamos 250g de harina común y 125g de mantequilla. La mantequilla debe estar lo más fría posible; la mantequilla tibia o derretida hace que la masa quede grasosa.
  3. Añade una pizca de sal.
  4. Pulsa la mezcla hasta que se asemeje a migas finas, tipo pan rallado.
  5. Añade líquido en una cucharada cada vez. Usamos leche, pero tu receta puede requerir yema de huevo o agua, o una mezcla.
  6. Pulsa hasta que la masa comience a unirse, añadiendo una cucharada más de líquido si es necesario.
  7. Vierte sobre una superficie de trabajo y usa tus manos para presionar suavemente la masa en forma de disco.
  8. Envuelve con film transparente y deja reposar durante al menos 30 minutos o más.
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Se conserva en el refrigerador hasta 2 días o en el congelador por 2 meses. Amasar o trabajar demasiado la masa puede hacerla dura. Si has manipulado demasiado tu masa, déjala reposar en el refrigerador el mayor tiempo posible.

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Consulta también nuestra receta de masa quebrada básica y masa quebrada dulce.

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